Desde la década de 1930, el mariachi ha sido ampliamente considerado como el conjunto musical derivado del folclore mexicano por excelencia, y se ha convertido en una institución simbólica de la música y la cultura mexicanas. Actualmente hay grupos de mariachis en muchos países del mundo.

Orígenes del mariachi
Músicos profesionales acompañaron a Hernán Cortés a su llegada a lo que hoy es México en 1519. Entre sus instrumentos estaban el arpa y la vihuela, prototipos de los que más tarde utilizaría el mariachi. Los nativos, que tenían sus propias tradiciones musicales muy desarrolladas, dominaron rápidamente las prácticas musicales europeas. Con la importación de un gran número de esclavos negros, la música africana también llegó a México durante el periodo colonial temprano. Muchas tradiciones regionales de música folclórica mestiza, como el mariachi, son el resultado de la mezcla cultural y musical de elementos autóctonos y foráneos.
El mariachi es originario de una región del oeste de México que incluye los actuales estados de Jalisco, Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán y Colima, y que se extiende hasta Sinaloa y Durango, al norte, y Guerrero, al sur. A pesar de los frecuentes intentos de atribuirlo a un estado o ciudad específicos, el lugar exacto de nacimiento del mariachi sigue siendo desconocido.

Historia temprana de la música de mariachi
El desarrollo temprano de la música folclórica mestiza en México es en gran parte indocumentado, lo que hace especulativa cualquier teoría sobre la evolución temprana del mariachi. La primera referencia incontrovertible que se conoce de un mariachi aparece en una carta escrita por el sacerdote Cosme Santa Anna en 1852, aunque la palabra puede encontrarse antes como topónimo. Los mariachis documentados durante la segunda mitad del siglo XIX en el centro-oeste de México se asociaban comúnmente con la fiesta rural o fandango, y con la tarima o plataforma de madera sobre la que las parejas bailaban sones y jarabes, los dos géneros más importantes del repertorio del mariachi primitivo.
Los primeros mariachis vestían atuendos campesinos y se preocupaban poco por vestir igual. Sin embargo, tras la Revolución de 1910, empezaron a aparecer uniformes modestos. Cuando por primera vez los mariachis pudieron permitirse vestirse con elegancia, eligieron el traje de jinete o traje de charro. La versión de gala de este traje que llevan los mariachis contemporáneos -con sus pantalones ajustados y ornamentados, chaqueta corta, cinturón bordado, botas, pajarita ancha y sombrero- fue en su día el atuendo de los ricos hacendados.
Etimología del mariachi
El consenso de los estudiosos modernos es que la palabra mariachi es originaria de México. La lengua coca del centro de Jalisco, hoy extinta, es la que se cita con más frecuencia como su origen probable. La leyenda atribuye erróneamente la palabra a la Intervención Francesa de la década de 1860, explicándola como una corrupción de la palabra francesa mariage, y citando una similitud entre mariachi (o su variante arcaica, mariache) y la palabra francesa para boda. Los documentos históricos demuestran que tanto la palabra mariachi como el conjunto que designa son anteriores a la ocupación francesa de México, por lo que cualquier similitud con la palabra francesa es una coincidencia fonética.

Urbanización del mariachi
Aunque sus raíces son rurales, el mariachi contemporáneo es un fenómeno urbano asociado a la Ciudad de México posrevolucionaria. Fue en la capital y principal metrópoli del país donde nació el mariachi urbano y donde tuvo lugar la mayor parte de su desarrollo. Todavía pueden encontrarse vestigios de tipos anteriores de mariachis en el México rural, pero el mariachi urbano ha sido el modelo dominante desde la década de 1930.
Según una versión, hacia 1920 Cirilo Marmolejo trasladó su grupo de Tecolotlán, Jalisco, a Ciudad de México, convirtiéndose en uno de los primeros mariachis en establecerse allí de forma permanente. En 1923 se abrió la cantina Salón Tenampa en la actual Plaza Garibaldi, donde actuaban los mariachis de Concho Andrade y Cirilo Marmolejo. El Tenampa pronto se convirtió en el centro de la actividad mariachera de Ciudad de México y atrajo a esa plaza a otros grupos de zonas rurales.
Aunque los mariachis habían actuado en actos oficiales bajo Porfirio Díaz en 1905 y en 1907, no fue hasta después de la Revolución de 1910 cuando el mariachi se adoptó ampliamente como símbolo del nacionalismo. Desde el gobierno de álvaro Obregón (1920-1924), los presidentes mexicanos han utilizado la música de mariachi para actos políticos, siendo Lázaro Cárdenas el primero en subvencionarla oficialmente durante su mandato (1934-1940).
El papel de los medios de comunicación fue crucial para la popularización del mariachi. Durante la década de 1930, la radio, el cine y el fonógrafo alcanzaron la mayoría de edad en México, lanzando lo que hasta entonces había sido una música rural y regional a la prominencia nacional e internacional. El papel principal del mariachi en los medios de comunicación pasó a ser el de acompañar a los principales vocalistas del género ranchero (country), la expresión musical nacionalista más popular de México.
Instrumentación del mariachi
A principios de siglo, un mariachi típico estaba formado por cuatro músicos. Aunque la instrumentación exacta podía variar con cada grupo, existían tendencias regionales. Las dos regiones mariachis más destacadas eran la del centro de Jalisco, que prefería dos violines, vihuela (un instrumento pequeño parecido a la guitarra con un fondo convexo y cinco cuerdas) y guitarrón (una versión grande de la vihuela con seis cuerdas graves); y la del sur de Jalisco y Michoacán, que prefería dos violines, arpa y guitarra de golpe (la guitarra original del mariachi).
Tras la Revolución Mexicana, los grupos de mariachi tendieron a crecer en tamaño. Los instrumentos que antes se asociaban a tradiciones regionales específicas se combinaron en el mismo grupo, y los instrumentos existentes se duplicaron. Tras un periodo de experimentación, la instrumentación del mariachi urbano se estandarizó. Se adoptó la guitarra clásica moderna, y se conservaron la vihuela y el guitarrón, mientras que la guitarra de golpe y el arpa cayeron en desuso general.
A principios del siglo XX se añadieron instrumentos de viento al tradicional conjunto de cuerdas. Para la década de 1920, los mariachis de diferentes partes de México utilizaban la corneta. Sin embargo, en la década de 1930, la trompeta había sustituido a la corneta y se había afianzado definitivamente en el mariachi. En la década de 1940, la trompeta se había convertido en una institución del mariachi. La combinación de dos trompetas popularizada por el Mariachi México de Pepe Villa a principios de la década de 1950 es la innovación más reciente en la instrumentación estándar del mariachi.
La instrumentación estándar contemporánea para un mariachi completo es de dos trompetas, tres o más violines, una vihuela, una guitarra y un guitarrón. A veces se añade un arpa y una guitarra y/o trompeta adicional, y el conjunto básico a menudo se reduce por razones económicas. Todos los miembros pueden cantar.
Mariachi Vargas
El grupo más importante en la historia de la música de mariachi es el Mariachi Vargas de Tecalitlán, fundado en 1898 por Gaspar Vargas en Tecalitlán, Jalisco. En la década de 1930, su dirección pasó a manos de su hijo, Silvestre Vargas, considerado el mayor organizador y visionario de mariachis de todos los tiempos. En 1934, el grupo se trasladó definitivamente a Ciudad de México, donde desempeñó un papel destacado en la evolución de la música de mariachi. Por sus filas han pasado la mayoría de los músicos influyentes de este género, como el arreglista Rubén Fuentes y el trompetista Miguel Martínez. Desde la década de 1940, el Mariachi Vargas ha sido el conjunto modelo de la tradición del mariachi urbano, en la que su trayectoria e influencia no tienen parangón.
La música de mariachi en Estados Unidos
La música de mariachi ha arraigado profundamente en Estados Unidos, donde ha adquirido características únicas e incluso ha influido en su homóloga mexicana. A finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, varios grupos organizados de mariachis emigraron a Los Ángeles, una zona urbana que en muchos sentidos se ha convertido para Estados Unidos en lo que Ciudad de México es para México como meca urbana de la música de mariachi. En 1961, Nati Cano organizó Los Camperos, que se convirtieron en el mariachi estadounidense más conocido y en el grupo pionero del país en popularizar esta música entre los no hispanos. En 1969, Los Camperos abrieron el restaurante La Fonda de Los Ángeles, el primer local del mundo diseñado para exhibir un mariachi. Otros grupos estadounidenses siguieron su ejemplo y, con el tiempo, este concepto se adoptó en México.
El Mariachi Uclatlán, fundado en 1961 en el Instituto de Etnomusicología de la Universidad de California en Los Ángeles, fue pionero en la tradición académica del mariachi, y hoy ed
El Mariachi Uclatlán, fundado en 1961 en el Instituto de Etnomusicología de la Universidad de California en Los Ángeles, fue pionero en la tradición académica del mariachi, y hoy en día instituciones educativas de todo Estados Unidos, especialmente del suroeste, ofrecen clases de música de mariachi. El Mariachi Cobre, fundado en Tucson (Arizona) en 1971, fue el primer grupo destacado de mariachi mexicano-americano.
En 1979, nació un movimiento mariachi estadounidense en la Primera Conferencia Internacional del Mariachi, celebrada en San Antonio (Texas). Desde entonces, los festivales y conferencias de mariachis han proliferado en Estados Unidos; México celebró su primer festival internacional de mariachis en 1994. El álbum de Linda Ronstadt de 1987, Canciones de mi padre, anunció la creación de un nuevo público para la música de mariachi entre los no hispanos. Mientras Ronstadt es tradicionalista, mariachis como Sol de México, de Los Ángeles, abrazan la innovación.
Conclusión
La música de mariachi alcanzó su máxima popularidad en las décadas de 1950 y 1960. Desde entonces, se ha visto cada vez más marginada por los medios de comunicación que inicialmente la catapultaron a la fama. A excepción de algunos intentos aislados de infundir nueva vitalidad a la tradición desde fuentes externas, en la actualidad se compone o interpreta relativamente poca música nueva de mariachi. No obstante, el mariachi sigue siendo muy solicitado para funciones sociales en las comunidades mexicanas y mexicano-americanas, donde se ha convertido en una tradición cultural profundamente arraigada. Su reciente resurgimiento en Estados Unidos ha contribuido a dar nueva vida al mariachi, cuyo atractivo trasciende grupos étnicos y fronteras nacionales.